Ya ha pasado un mes desde mi llegada de Madagascar y creo que os merecéis alguna noticia de lo que allí vivimos. Quiero deciros en primer lugar, que en el viaje desde París a Antananarivo, el día 6 de septiembre, mi corazón y mi mente, estaban llenos de interrogantes. ¿Cómo será este pueblo ? ¿Cómo serán nuestras nuevas hermanas ? ¿Cómo será esta experiencia que vamos a vivir ? Todos ellos lícitos desde el desconocimiento total de aquella realidad.
Yla primera sorpresa fue la acogida entrañable ya en el aeropuerto donde nos esperaban 6 hermanas. Nosotras íbamos también 6 : Mary Clare Stack por Canadá, Marie Jo Dudit por Francia, Cathleen Roberts por Reino Unido-Irlanda, Carmen Burgos por América Latina, Colette como Administradora general pero que representó a Italia, y yo por España. Carine que llegó de Camerún, se unió a nosotras un poco más tarde. Pero la llegada a la casa fue espectacular. Allí estaban para recibirnos todas las demás hermanas, más las novicias, postulantes y aspirantes y entre ellas Mercedes López que había llegado antes. Muchas, muchas y muy jóvenes. Las fotos adjuntas os pueden dar una idea de esto. Habían estado haciendo con Mercedes un taller de lenguas, para saludarnos a cada una en nuestro idioma, y yo creo que lo consiguieron. Tomamos contacto con la casa y pasamos al comedor. Allí Marie Jeannette, como responsable de la Realidad Misionera, nos hizo el saludo malgache de acogida que consiste en dar a cada una un poco de miel en una cucharilla.
Vivimos intensamente la Celebración de la Alianza. Se repitió lo mismo que se había vivido en Chavagnes. Se realizó en dos partes : Una por la tarde del día 7 con todo el tema de la tienda del Encuentro y la otra en la Eucaristía del día 8, presidida por el Señor Arzobispo de la ciudad. Hubo varios momentos muy emotivos : la lectura del decreto de fusión, la entrega de símbolos de una superiora general a la otra, la entrega del Libro de Vida y de la Cruz, la renovación de votos. También la procesión con las banderas de todos los países donde estamos insertas. Algunas hermanas nos decían que habían sentido muy fuerte la nueva realidad de la internacionalidad.
Durante la comida, las hermanas más jóvenes, se vistieron con sus trajes típicos y representaron, con una canción y danzas, la historia de las hermanas desde su llegada a Madagascar. La canción la compuso un amigo. Al final nos invitaron a todos los asistentes a participar con ellas en la danza.
Lo primero que se hizo fue la presentación de las distintas comunidades, intercaladas con la presentación de las realidades misioneras que habíamos asistido. Fue un tiempo importante de conocimiento mutuo.
Son 38 hermanas, 5 novicias y 5 postulantes repartidas en 8 comunidades, situadas en lugares bastante lejanos de la capital y con climas bien diferentes también.
Sus actividades misioneras son en conjunto las siguientes : clase en los colegios, catequesis, acompañamiento a los jóvenes en los barrios y en las “capillas” y a grupos de la familia de la Encarnación, cultivan el campo, sobre todo el arroz, tienen granjas de pollos y conejos en todas las comunidades y cerdos y vacas en algunas.
También tienen como misión la acogida y la formación de jóvenes, visitas y acompañamiento de los presos, acompañamiento de las mujeres prostituidas, llevan lo que ellas llaman el apadrinamiento de niños, trabajan en diferentes dispensarios de la Realidad Misionera, realizan visitas a las familias de los lugares donde viven, tienen comedores infantiles para prevenir la desnutrición…
Después de escuchar a todas las comunidades y a las Realidades Misioneras, se hizo la presentación de las Estructuras, del Proyecto Misionero de la Congregación y la económica.
El domingo día 11 fue la celebración de los primeros votos de Clemence y Olga. La misa, también en esta ocasión, fue especialmente emotiva con canciones maravillosas cantadas por todo el pueblo. Por la tarde, en la capilla, fue la renovación de votos de tres junioras. Después de estos días, Carmen Burgos y yo fuimos a la comunidad de Ijely. En ese momento había 4 hermanas, aunque la comunidad la forman 6 y una postulante. Fue un tiempo muy bueno para compartir, para visitar a la gente, para darnos cuenta de la misión específica de esta comunidad. Es una comunidad rural que cultiva sobre todo el arroz, otras verduras y hortalizas Una de las hermanas es enfermera. Atienden también un dispensario. Tienen un centro de formación en el que reciben a las jóvenes durante seis semanas al trimestre, para clases de corte y confección, costura, informática, agricultura, ganadería, cocina y también formación religiosa. Disponen de un comedor para prevenir la desnutrición infantil, donde dan de comer los lunes y jueves a los niños cuyas familias no tienen suficientes recursos. Enseñan a las madres en la tarea de la alimentación de sus hijos. La comunidad, además de atender a la cárcel, tiene una escuela de formación profesional de chicos y chicas internos, llevada a cabo por un equipo en el que hay una religiosa y, una escuela infantil, cuya responsabilidad es de la comunidad. También visitamos la comunidad en la que vive Mathilde, Soavinandriana. Está un poco más alejada, pero nos regalaron un día de excursión. Primero visitamos un santuario que está situado en el centro geográfico de Madagascar, rodeado de un lago precioso. Y llegamos a la comunidad para la comida. Y el día 18 hicimos nuestro viaje de regreso a Antananarivo. Estaba prevista para el día 19, la visita a la obra que el Padre Pedro tiene en alguno de los cerros de la capital. El Padre Pedro es un sacerdote lazarista, argentino, aunque sus padres son eslovenos, que llegó a Madagascar hace 48 años. Visitamos dos de los tres poblados y tienen la misma estructura. La escuela, el dispensario, talleres para actividades diversas : carpintería en madera y aluminio, artesanía propia, tienda donde venden la artesanía que hacen, espacios de deportes, cocinas colectivas y comedores y un número importante de casas, casi todas iguales, con calles muy bien adoquinadas y con una limpieza que llama la atención nada más entrar allí. Tienen un reglamento con 22 normas que deben cumplir si quieren permanecer allí. Entre ellas están : que los niños tienen que ir a la escuela obligatoriamente, que no puede haber riñas que causen desorden ni entre vecinos ni en las familias, que todos deben aportar su trabajo, menos los enfermos y los ancianos, a los que cuidan de una manera especial. Y así hasta 22. Nos decía que antes él iba a buscar a la gente a los basureros y ahora es la gente la que le busca a él. Está apoyado económicamente por organismos externos, pero sólo aquellos que no le obligan a hacer muchas horas de despacho rellenando papeles, porque dice que él está para acompañar a la gente y no para hacer tareas burocráticas. Por la noche después de la cena llegaron las despedidas. Nos marchábamos al día siguiente. Todo el mundo tiene que decir algo, sobre todo quien se va. Nos pidieron transmitir la vida de las hermanas en nuestras respectivas realidades misioneras y nos dieron las gracias por haber ido a estar este tiempo con ellas. Con todo cariño.