Desde el día 27 de febrero de este año 2010, cuando gran parte de Chile se remecía por un gran Terremoto y Maremoto en sus costas, la otra parte de Chile siente cómo se receme su corazón para ir en ayuda y LEVANTAR CHILE. Es así que un grupo de estudiantes y profesores del Liceo « El Pilar » de Ancud acude al llamado nacional de LEVANTAR CHILE.
Testimonios de quienes participaron de esta verdadera cruzada de amor y solidaridad :
Antes de comenzar el viaje a San Pedro de la Paz, lugar ubicado en el sector donde se sintió con más fuerza el terremoto. Los jóvenes de nuestro Liceo vivieron un Encuentro con el Verbo Encarnado, en una Celebración de Envío, que les ayudó a llenarse de fuerza en el Espíritu para enfrentar esta cruda realidad.
Partió siendo un sueño y hoy es una realidad. La alegría que brota de mi corazón es un agradecimiento a Dios y a todos quienes hicieron posible que se cumpliera el sueño de ir a uno de los lugares de la zona de catástrofe junto a jóvenes y profesores de Liceo Comercial El Pilar. Fueron varias las personas e instituciones que nos ayudaron partiendo de la misma “Fundación El Pilar” que nos aportó la gran mayoría de la alimentación de esos días, profesores que aportaron con dinero para gastos de la estadía y profesores que pagaron el pasaje a algunos jóvenes, centro de padres del Liceo, algunas empresas como cecinas Ancud, Chilolac, el arquitecto Don Ernesto Lebert y empresa Queilen Bus ¡GRACIAS !
Salimos de Ancud el día miércoles 12 de Mayo y llegamos a San Pedro de la Paz, nos recibieron de madrugada del día jueves 13 Oscar un joven de “Un Techo para Chile” y desde ese momento dispuestos a trabajar y tomar contacto con la gente del lugar. Es verdad que al comienzo no fue fácil, nos encontramos con algunos problemas de coordinación, pero todo fue superado, por la fuerza y energía con la que contábamos hasta que nos pusimos manos a la obra aunque no cumplimos con la cantidad de mediaguas que nos habíamos propuesto, sin embargo, la riqueza del encuentro con la gente sencilla, de la escucha de sus vivencias y la acogida de la gente fue el mejor regalo que llenó el corazón.
Me siento contenta y agradecida de haber vivido esta experiencia con los jóvenes y algunos profesores, estoy admirada del espíritu de los jóvenes, de su entrega y entusiasmo y su sensibilidad al dolor de quienes sufren.
Creo que mis palabra son pocas pero dejo plasmado el testimonio de quienes han sido testigo de esta experiencia.
Hna. María Mellado, udj.
Construir una casa para alguien que lo ha perdido todo, es en sí algo gratificante. En momentos de angustia tratamos de hacer lo posible por levantar un techo que cobije y de abrigo a un ser desvalido que necesita una mano, pero, hacerlo con jóvenes de Chiloé, y en especial del Liceo Comercial “El Pilar” (lugar donde me formé como persona en mi adolescencia y en el cual ahora trabajo) es algo que me toca profundamente y me da esperanzas.
En mi calidad de apoyo estuve a cargo de cuadrillas de construcción en la zona de San Pedro de la Costa, provincia de Concepción y esta ha sido una de las experiencias más gratificantes de mi vida, el pasar momentos de angustia, esfuerzo, fortaleza, entrega y hacerlo en equipo, de igual a igual con jóvenes que están aprendiendo como es la vida, que están empezando a hacerse conscientes de que existe el otro, y de que éste puede tener necesidades, que podemos ayudar a disminuir su angustia, que existe la posibilidad cierta y concreta de tender una mano y cambiar la vida de una persona, tomar riesgos, superar las réplicas y los temblores de los cuales estamos a salvo en nuestra isla, sentir la vida más justa, disfrutar el proceso de construcción creciendo y aprendiendo de las experiencias, cooperación y trabajo en equipo. Compartir también las responsabilidades, el cansancio, un plato de comida y también de un descanso.
Una mano en el hombro, la felicidad al alcanzar cada etapa de construcción como si fuera lo más importante, la satisfacción enorme e infinita de haber terminado, de verme reflejado en los ojos de los jóvenes, mostrándoles a los demás que ellos podían, y que también podían enseñar, que lo logramos, que fue nuestro esfuerzo, nuestras inquietudes y alegrías transformadas hoy en lugares de resguardo, techos para alguien más…
Alfredo Gesell Valdivia (Profesor)
Creo en mi corazón, ramo de aromas que mi Señor como una fronda agita, perfumando de amor toda la vida y haciéndola bendita. Creo en mi corazón, el que no pide nada porque es capaz del sumo ensueño y abraza en el ensueño lo creado :¡inmenso dueño ! Creo en mi corazón, que cuando canta hunde en el Dios profundo el franco herido, para subir de la piscina viva recién nacido.
Me parece muy apropiado este fragmento de un poema de Gabriela Mistral, agradezco a Dios la posibilidad de aportar con un minúsculo grano de arena en esta obra titánica de humanidad y dignidad que afectas a nuestros hermanos, creo que es una de las experiencias mas importantes de mi vida, y compartirla con los jóvenes le agrega una serie de elementos muy importantes que quizás con la cotidaneidad del diario vivir tienden a adormecerse en uno como adulto, como la vitalidad, la opción del servicio y valoración de de lo nuestro.
La vida es una gran aula, nos ofrece la posibilidad a diario de tomar decisiones, estas decisiones están relacionadas con nuestras experiencias de vida, no siempre aportamos a los demás en esta sociedad que cada vez es más individualista, ojala que esta desición que tomamos sea el inicio de una nueva visión de la sociedad y en especial de la que nosotros formamos parte. GRACIAS SEÑOR DE LA VIDA.
Juan Enrique Molina Báez (Profesor)
SSiempre es grato servir y ésta no fue la excepción. Servimos a nuestra Patria herida por el terremoto ; construimos hogares a familias que esperaban nuestra ayuda. En los 4 días que estuvimos en San Pedro, se nos atravesaron varios obstáculos en el camino, pero logramos levantar 4 hogares en los que compartimos con las familias y nos unimos para luchar por un mismo objetivo.
Si al comenzar el viaje nos fuimos con ganas de ayudar, allá hicimos lo que pudimos y regresamos con ganas de seguir ayudando y sabiendo que falta mucha ayuda. Regresamos con muchas enseñanzas que nos ayudan a crecer como personas y si hicimos sacrificios fueron los mínimos comparado con lo ganado.
Esperamos ahora que sigan los jóvenes con iniciativas como ésta, para que nuestro país se reconstruya pronto. Que cada persona que tenga la oportunidad de ayudar no dude en hacerlo.
Jocelyn Comicheo Bahamonde (Alumna)
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